Por unos días, exactamente del 19 al 23 de abril, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) fue escenario de algunos de los mejores exponentes de la alta pastelería internacional. Procedentes de Barcelona, Las Vegas o Buenos Aries, convirtieron Habemus Dulcis en el epicentro latino de la profesión durante cinco intensas jornadas.
Con respecto a su primera edición, se ha ampliado el programa de chefs y el número de días y se ha incorporado una zona de feria con exposición de productos. Obviamente esta segunda convocatoria ha sido para la organización una apuesta 100% firme e ilusionante. Bakery Depot y María Isabel Rojas en su nombre se han mostrado muy satisfechos con el balance y con el grado de experiencia y conocimientos que se han compartido estos días.
Los temas que se han abordado en esta edición han sido muy variados, yendo desde el mundo del barismo, a cargo de todo un campeón mundial, Alejandro Méndez, hasta la chocolatería creativa y de autor firmada por Melissa Coppel. En medio ha habido oportunidad de trabajar el chocolate también en su faceta artística, con el representante del World Chocolate Masters sudamericano Ricardo Arriel; se ha puesto el acento en el manejo de buenas materias primas y cuidados procesos de elaboración en el desarrollo de un repertorio de bollería de alta gama, con figuras tan pedagógicas en esta especialidad como Daniel Álvarez y Lluís Costa; se han abordado las posibilidades de nuevos ingredientes y técnicas en pastelería a cargo de todo un experto en la materia como es Jordi Puigvert; y se han detenido en la elegancia y perfección de la pastelería que practica Luciano García en el bonaerense Ott Almacén Gourmet.
“Más que mostrar recetas, nuestros master chefs invitados han dado un verdadero show de saber hacer de alta y buena pastelería, chocolatería, panadería y barismo”, asegura María Isabel Rojas, que confirmaba la gran satisfacción de los congresistas asistentes. Además, el cartel de chefs protagonistas de esta edición ha ahondado en la buena relación entre ellos, encontrándose en un escenario perfecto para que la familiaridad y el compañerismo fueran la tónica general.
La organización también ha querido transmitir su satisfacción en el efecto causado en la región gracias a la oportunidad de conocer este tipo de pastelería. “Hemos marcado un antes y un después en lo que es y será la nueva generación de pasteleros conscientes y técnicos para llevar la buena gastronomía dulce a otro nivel”, aseguran. Como en otras regiones sudamericanas, están bendecidos con condiciones, productos y cultura suficientes para practicar una pastelería del mejor nivel, “solo nos hace falta un poco de tecnología y conocimiento para lograr ser referentes en el mundo”. Después de este Habemus Dulcis, estamos más cerca si cabe de esta realidad.