No solo de pasteles vive el pastelero, algo que pudimos comprobar en su expresión más festiva y glamurosa durante la pasada Gran Gala de la Pastelería Catalana. Las dependencias de la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona (EPGB) y el claustro contiguo del antiguo Convent de Sant Agustí acogieron una nueva edición de este encuentro, que se convirtió en una fiesta de la pastelería, emparejada con la mejor gastronomía y en la que se distinguieron figuras pasteleras relevantes durante el último año. Los encargados de impulsar la cita fueron los gremios provinciales de pastelería de Barcelona y de Girona, junto a un amplio número de empresas patrocinadoras y colaboradoras.
Ya entrados en el mes de junio, la jornada se prometía calurosa de no ser por unos prominentes nubarrones que iban anunciando tormenta a medida que nos acercábamos al inicio de la velada. La periodista gastronómica Carme Gasull daba el disparo de salida de la cita en un claustro con las sillas al completo, más de 300 personas asistentes escucharon el discurso inicial del presidente de la entidad barcelonesa, Antoni Bellart, quien aprovechó la oportunidad para celebrar la proyección internacional de la pastelería catalana a través por ejemplo de algunos de las figuras reconocidas en la presente gala o, por ejemplo, con un Museo del Chocolate, que acaba de acoger uno de los halllazgos arqueológicos más antiguos vinculados al cacao, cedido oficialmente por el gobierno de Ecuador.
Los reconocimientos y merecedores de los mismos no tardaron en subir al estrado, siempre introducidos con detalle por Carme Gasull. Alberto Díaz, del gremio de confiteros de Asturias, al frente de la escuela Iteppa, fue el primero en recoger su trofeo como entidad amiga. Sus palabras de agradecimiento se dirigieron a Elies Miró así como al clima de colaboración y apoyo que siempre han recibido por parte de la escuela de pastelería barcelonesa. Le siguió Saray Ruiz, medalla de oro de la Escuela EPGB, quien no quisó olvidarse de nadie en sus palabras de agradecimiento y a su vez alentó la voluntad de seguir creciendo con unas palabras que ella misma transmite a sus alumnos: “el movimiento se demuestra andando”.
Lluc Crusellas subió para recoger el premio al “hito alcanzado” que quería significar la victoria del pastelero de Pa Vic en la pasada edición del World Chocolate Masters. El campeón mundial de chocolate se mostró agradecido a todo su equipo y dirigió unas palabaras especiales a las figuras que impulsan la formación, como en la EPGB, cuyo papel para encender vocaciones en el sector resulta primordial.
Jon García fue otra de las figuras de popularidad creciente que se mereció el reconocimiento a “proyecto innovador” gracias a su Jon Cake. Le siguió la Fleca Mir, con Marc Mir y Mireia Caballero al frente. Los, ex alumnos de la EPGB, no solo han sabido entablar una alianza sentimental sino que levantan cada día la persiana de un negocio que ha sabido hacer viable una pastelería en un medio rural. Ese fue justamente el reconocimiento recibido, mientras que en caso de Alex Lera y familia, se quiso reconocer el acertado relevo generacional de la pastelería SantLlehí en Sant Antoni de Vilamajor.
Carácter emprendedor y trayectorias destacadas
Otros negocios familiares genuinamente pasteleros también merecieron los trofeos de la gala. Nos referimos a la Pastelería Quer por su carácter emprendedor, y a la trayectoria profesional de las pastelerías Masvidal de Torroella de Montgri y Mervier Canal de Barcelona.
Antes de poner el broche final a la ceremonia de reconocimientos, y después de sortear acertadamente un primer chubasco, se reconoció tambien la figura de Oriol Baylina, no solo por su papel histórico como pastelero sino especialmente por su labor colaboradora en el gremio, fotografiando el día a día de la EPGB. La piloto de carreras Laia Sanz fue distinguida como Personaje Más Dulce y puso la nota más social de la cita.
Un festín de primer nivel
A continuación, los asistentes se desplazaron a la parte frontal de la Escuela. Desde su patio central se disfrutó de un festival culinario y pastelero de primer orden en el que brillaron las propuestas de Jordi Vilà (Alkimia), Miquel Antoja (Foodlona), Hugo Muñoz (Ugo Chan), Roberto Martínez (Tripea), los panes y masas de Baluard, el surtido de éclairs de Saray Ruiz, los cheesecakes de Jon Cake, los helados de Rocambolesc, los panettones de Jose Romero y los bombones de Lluc Crusellas. Todo ello refrescado por las bebidas de Alhambra, Solán de Cabras y los cócteles creativos a base de los purés de frutas de Ponthier.
Una velada amena, elegante y que consolida su formato ágil y atento a las tendencias culinarias y pasteleras más en boga. Con ello los gremios de pastelería organizadores muestran ese ejercicio de rejuvenecimiento que están viviendo por dentro y por fuera, mostrando su voluntad de acompañar al sector en los retos del presente. En esta Gran Gala, también han colaborado como espónsors Alhambra, Calidulce, Arnal, harinas Ylla, la revista DPAS, Chocovic, Pace Gastro, Tou Food, Run Desing, Llopart, Cart Service, Vinemp y Torrons Mullor.